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El poder oculto de la vitamina D: ¿una nueva esperanza para combatir el cáncer de próstata?

La vitamina D, más que un simple nutriente. Científicos exploran su potencial para combatir el cáncer de próstata.

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El cáncer de próstata, el más común entre los hombres, representa la segunda causa de muerte por cáncer en la población masculina. Según el Ministerio de Salud de Colombia, uno de cada tres hombres mayores de 50 años en el país enfrenta esta afección, cuya incidencia aumenta con la edad. 

“La próstata es una glándula pequeña que se encuentra alrededor de la uretra, debajo de la vejiga y delante del recto. Desempeña un papel crucial en la función sexual, reproductiva y urinaria. Cualquier trastorno en esta glándula puede afectar estos tres aspectos”, explica el urólogo Hugo López. 

El cáncer de próstata se caracteriza por un crecimiento anómalo de las células prostáticas, que, con el tiempo, pueden extenderse a otros órganos, como los huesos, los ganglios linfáticos o incluso los pulmones y el hígado, complicando el tratamiento y reduciendo las posibilidades de cura. 

En este contexto, un componente que ha captado gran interés en la comunidad científica es la vitamina D. Tradicionalmente conocida por su papel en la salud ósea y la regulación del calcio, investigaciones recientes sugieren que esta vitamina también podría desempeñar un papel fundamental en la prevención y tratamiento del cáncer, incluido el de próstata. 

Los mecanismos anticancerígenos de la vitamina D 

Según un estudio titulado Vitamina D y Cáncer: Una Visión Histórica de la Epidemiología y los Mecanismos, diversos estudios clínicos han revelado que la vitamina D no solo tiene la capacidad de inhibir el crecimiento de células cancerosas, sino que también podría mejorar la eficacia de las terapias existentes y reducir la mortalidad por cáncer. 

La vitamina D actúa a través de varios mecanismos, entre los que destacan: 

  • Inhibición de la proliferación celular: La vitamina D ha demostrado su capacidad para ralentizar o detener la proliferación de células cancerosas en diversos tipos de cáncer, como el de próstata, mama, colon y ovarios. Este mecanismo es crucial para frenar la expansión del cáncer y limitar su propagación. 
  • Inducción de la diferenciación celular: Este proceso reduce la capacidad de las células para dividirse descontroladamente. La vitamina D ha mostrado eficacia en inducir la diferenciación de células cancerosas en tumores de colon y mama, lo que puede ralentizar el avance de la enfermedad. 
  • Sensibilización e inducción de la autofagia: La autofagia es un proceso que permite a las células eliminar componentes dañados y reciclar partes de sí mismas. La vitamina D puede sensibilizar a las células cancerosas para que entren en este proceso, lo que podría llevar a la muerte de células resistentes a otros tratamientos, como los de próstata. 
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  • Inhibición de invasión, angiogénesis y metástasis: La capacidad del cáncer para invadir tejidos cercanos, formar nuevos vasos sanguíneos y metastatizar es lo que lo convierte en una enfermedad mortal. La vitamina D ha demostrado ser eficaz en inhibir estos procesos, limitando la propagación del cáncer a otras partes del cuerpo. 
  • Regulación del microambiente tumoral: La vitamina D también actúa sobre las células que rodean el tumor, como los fibroblastos y las células endoteliales, las cuales son esenciales para el desarrollo y crecimiento del cáncer. Además, refuerza el sistema inmunológico, ayudando al cuerpo a combatir células cancerígenas y potenciando la efectividad de los tratamientos. 

La importancia de la vitamina D en la prevención 

Mantener niveles adecuados de vitamina D en el cuerpo no solo es esencial para la prevención del cáncer, sino también para fortalecer el sistema inmunológico, óseo, cardiovascular, nervioso y muscular. En Colombia, por ejemplo, existen suplementos de vitamina D que facilitan su absorción y permiten un manejo adecuado de su consumo. “Es fundamental que la suplementación sea supervisada por un médico para evitar problemas por sobredosificación o desajustes en la dosis”, señala el Dr. Hugo López. 

Aunque se requieren más estudios para comprender completamente todos los mecanismos anticancerígenos de la vitamina D, la evidencia actual sugiere que optimizar sus niveles puede ser una estrategia clave para reducir el riesgo de cáncer de próstata y mejorar la supervivencia de los pacientes. La investigación continúa avanzando, y con ello, la esperanza de que la vitamina D juegue un papel crucial en la lucha contra esta enfermedad tan prevalente. 

Mónica Lizette Castellanos Osorio

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